5 principios de la fisioterapia
En todos los colegios federados de fisioterapia en el mundo existen principios generales que abarcan al unísono el código de deontología de la profesión. En ellos el alma se encuentra viva en los 5 principios de la fisioterapia que acá hemos recabado.
Damos las gracias al servicio de fisio Ecija quien nos iluminó para poder concatenar esos principios que en algunos colegios están reflejados en 8 principios generales, pero que en esencia pueden fusionarse y engranarse a manera de hacer más prácticos, realistas e incluso –tal cual ya lo han hecho- ser la segunda naturaleza de los especialistas en el área.
5 principios de la fisioterapia
Sobre la fisioterapia
Esta se presenta como una profesión autónoma y con una identidad clara dentro del ámbito de la salud, convirtiéndole en un pilar fundamental para el bienestar de la población.
Para salvaguardar esta importancia, sus máximos exponentes federados e incluso la propia práctica han generado una serie de principios deontológicos que funjan como guía de la práctica de los fisioterapeutas.
Estos 5 principios de la fisioterapia no sólo orientan las actuaciones profesionales, sino que también cimientan la confianza entre el fisioterapeuta y los pacientes.
5 principios de la fisioterapia: Respeto a la persona y sus derechos
El primer principio de la fisioterapia deontológica se fundamenta en el respeto absoluto hacia la dignidad del paciente.
Esto implica el reconocer la humanidad del paciente y proteger sus derechos fundamentales. Los fisioterapeutas deben actuar con sensibilidad ante las necesidades y derechos de cada persona, evitando cualquier discriminación por motivos de nacimiento, edad, raza, sexo, credo, ideología, nacionalidad o clase social. Este respeto se extiende a la privacidad del paciente y a la confidencialidad de la información que comparte.
La consideración hacia la persona va más allá de una simple relación profesional; se trata de potenciar su autonomía y garantizar que sea un participante activo en su proceso de tratamiento, lo que incluye la educación del paciente sobre las diferentes opciones de tratamiento, siempre bajo el marco de su consentimiento informado.
5 principios de la fisioterapia: Responsabilidad profesional y honestidad
El compromiso del fisioterapeuta hacia su profesión conlleva un alto nivel de responsabilidad, implicando ello el ejercer la fisioterapia con competencia profesional, asegurando que todas las intervenciones se basen en evidencias científicas y en la mejor práctica disponible. Ser honesto y sincero en las comunicaciones con los pacientes no solo establece una relación de confianza sino que también otorga a los pacientes la información que necesitan para tomar decisiones informadas sobre su salud.
La transparencia en los diagnósticos, tratamientos y cualquier posible riesgo asociado es ley. Este principio fomenta una cultura de honestidad donde el paciente se siente seguro de que se le ofrecerá la mejor atención y que no habrá conflictos de interés que puedan comprometer su bienestar.
5 principios de la fisioterapia: Compromiso con la salud y el bienestar
El objetivo último de la fisioterapia es preservar, restablecer y aumentar el nivel de salud de los pacientes. Este compromiso con la salud debe ser el eje central de cualquier intervención, priorizando a la salud del paciente por encima de cualquier otra consideración, lo que implica una lealtad renovada hacia aquellos a quienes han elegido servir.
Este principio conlleva también una promesa de educar al paciente sobre la prevención de enfermedades y la promoción de su salud. Dicha educación puede abarcar desde el entendimiento adecuado de los signos y síntomas de posibles disfunciones hasta la instrucción en buenas prácticas relacionadas con la actividad física y la ergonomía.
5 principios de la fisioterapia: Integridad ética y legalidad en la práctica
Los fisioterapeutas deben actuar con integridad, absteniéndose de cualquier práctica que atente contra la libertad e integridad física y psíquica de las personas. Este aspecto se ve reflejado en la prohibición de participar en prácticas ilegales o poco éticas como la cooperación en la tortura o el abuso.
La ética profesional exige un firme posicionamiento contra cualquier tipo de violencia y maltrato, reivindicando el papel del fisioterapeuta como defensor del bienestar humano.
Asimismo, los fisioterapeutas han de oponerse a cualquier forma de intrusismo profesional, negando su apoyo a aquellos que practican sin una formación adecuada y denunciar tales actividades. La salvaguarda de la profesión demanda que la fisioterapia se mantenga exclusivamente dentro del marco de prácticas fundamentadas en ciencia y legalidad.
Compromiso con la formación continua e investigación
El avance en la fisioterapia está fundamentado en la investigación y en la formación continua para garantizar que se brinde la mejor atención a los pacientes; los fisioterapeutas deben mantenerse actualizados con los últimos conocimientos científicos y técnicas, sumado a nuevas evidencias sobre el tratamiento y la prevención de enfermedades.
La difusión de información debe hacerse responsablemente, por lo que los fisioterapeutas han de evitar compartir conocimientos técnicos con estudiantes o interesados que provengan de instituciones que carezcan de la adecuada titulación.
Esta regulación asegura que la calidad del ejercicio profesional se mantenga, así como la claridad en la distinción entre los auténticos profesionales y aquellos que carecen de la formación necesaria.